martes, 7 de mayo de 2013

El traslado de las reliquias de san Juan de Mata

Muerte de san Juan de Mata. Láminas del
siglo XVII. Obra del pintor flamenco
Theodor Van Thulden.
Preguntan desde Bogotá - Colombia. ¿Por qué se dice traslación de las reliquias de san Juan de Mata cuando en realidad fue un robo?

Primero que nada es necesario hacer una aclaración antes de dar una respuesta, porque las cosas no son como muchas veces se piensan y es triste que se popularicen falsedades, o verdades a medias, por falta de compresión de los hechos históricos. Precisamente por este desconocimiento algunos dicen que deberíamos cambiar el nombre de Traslación de las reliquias de san Juan de Mata por el de "robo de las reliquias".

Para entender dicha memoria en el calendario litúrgico de los trinitarios es necesario conocer un poco de la historia del convento que por más de cuatrocientos años cobijó los restos mortales de su fundador.

Una pequeña capilla en el cuarto
donde según la tradición murió
san Juan de Mata. Santo Tomás
in Formis - Roma.
Muerte y sepultura de san Juan de Mata
Luego de haber entregado su vida a la fundación y consolidación de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, en 1209 san Juan de Mata llega al convento de Santo Tomás in Formis en Roma, donde luego de cuatro años de servicio, muere el 17 de diciembre de 1213.

No se sabe como habrá sido el funeral, algunos lo pueden imaginar glorioso, sin embargo el anonimato que caracterizó su existencia para resaltar solo la gloria de la Trinidad, seguramente marcaría también el evento de su muerte. Sus discípulos depositaron su cuerpo en la iglesia del convento, en un sarcófago de mármol blanco en el que grabaron la siguiente inscripción:

En el año de la encarnación del Señor, 1197, en el pontificado del señor papa Inocencio III, en el primer año, el 17 de Diciembre, por señal de Dios fue instituida la Orden de la Santa Trinidad y de los Cautivos por el hermano Juan, bajo propia Regla, concedida a él por la Sede Apostólica. Fue sepultado el mismo hermano Juan en este lugar, el año del Señor 1213, el mes de diciembre, el día 21.

Pérdida y reclamo de Santo Tomás in Formis
En 1378 ocurrió un evento que destruyó la unidad de la Iglesia Occidental, conocido como el cisma de Occidente, en el cual ─ por razones que no cito porque nos desviarían del tema ─ la cristiandad se dividió en dos obediencias: una parte al papa italiano, Urbano VI; y la otra, al antipapa francés, Clemente VII. Los trinitarios franceses, a la cabeza del ministro general, siguieron al antipapa Clemente VII, razón por la cual Urbano VI confiscó el convento de Santo Tomás in Formis, pasando en 1379 a ser propiedad del capítulo de San Pedro del Vaticano. Aunque en 1417 llegó la paz a la Iglesia con la elección de un solo pontífice bajo Martín V, no se devolvió el convento a los trinitarios.

Foto actual de lo que alguna vez fue el convento de Santo Tomás
in Formis. Solo la parte donde se encuentra la iglesia es administrada
por los trinitarios, aunque sigue perteneciendo al Capitulo de San
Pedro del Vaticano. 
El edificio a finales del siglo XIV, por falta de mantenimiento, se deterioró a tal punto que causaba dolor a los ojos de los trinitarios que visitaban Roma; para tratar de recuperarlo el ministro general fray Bernardo, se dirigió al papa Pio V, logrando buenos resultados, ya que el pontífice ─ por medio de la bula Cum sicut accepimus del 18 de octubre de 1571 ─ exigió al capítulo de San Pedro, bajo pena de excomunión, la devolución del convento a sus antiguos dueños. Sin embargo a los pocos meses el papa murió, y dicho capítulo anuló las disposiciones emanadas a favor de los trinitarios. En esa condición de abandono se mantuvo el lugar del sepulcro de san Juan de Mata, por lo que era lícito pensar para algunos religiosos en la posibilidad de robar sus reliquias y procurarles un lugar de mayor dignidad; incluso san Juan Bautista de la Concepción en 1598 escribe lo siguiente: sienten sus religiosos tan gran amor hacia el Fundador que, si pudieran ir millares de leguas por buscar sus santas reliquias fueran.

El robo de las reliquias
El deseo de los religiosos de llevarse las reliquias de san Juan de Mata se hizo más fuerte a partir de 1630, cuando se comenzó a trabajar por el reconocimiento del culto inmemorial del Fundador. En ese entonces, existían tres conventos de los trinitarios en Roma, Santa Francisca Romana de los Calzados, San Carlino alle Quattro Fontane de los Descalzos y San Dionisio de los Reformados Franceses. Recuperar el convento de Santo Tomás in Formis era ya una cosa secundaria, el verdadero interés se centraba en hacerse a las venerables reliquias.

Omoplato de san Juan de Mata
que se venera en la iglesia de San
Crisógono de los trinitarios en Roma.
Los hermanos legos, trinitarios calzados, fray Gonzalo de Medina y fray José Vidal,  del convento de Santa Francisca Romana, la noche del 18 de marzo de 1655 fueron a Santo Tomás in Formis, saltaron el muro del jardín, rompieron una ventana de la iglesia y entraron en ella, dirigiéndose al sarcófago donde se encontraban los restos de san Juan de Mata. Tomaron las reliquias y dejaron en su lugar una nota que reza los siguiente: Movidos por el celo de su religión y como reposaron los huesos en una iglesia que no era la suya y no tenían conveniente veneración y estaba medio derruida y sola en medio de la ciudad, determinaron robarlos. Los restos fueron conservados en una caja de brocado de oro y sellada y escondidos primeramente en el convento de los calzados y después en el hospital de Santiago de los Españoles de Roma, antes de su definitiva partida a España, en manos del p. fray Arias Portocarrero osst.

Al llegar a Madrid, las reliquias fueron entregadas al Nuncio apostólico de España, Camilo de Maximis, el 24 de noviembre de 1655, quien certificó la autenticidad de las mismas y las depositó en la capilla de la nunciatura.

Reconocimiento y traslado de las reliquias
En 1686 el cardenal Macello Durazzo manifestó que era necesario que las reliquias estuvieran en un lugar donde se les pudiera rendir culto público. Los trinitarios descalzos, ante esta oportunidad, las reclamaron y las consiguieron para si, depositándolas en la capilla conventual, pero no las expusieron al culto público, porque rondaba entre los frailes la duda de la originalidad de las mismas, lo cual era lógico, por la manera en como se llevó a cabo el robo y el viaje, pasando por diversas manos y diferentes lugares. Ante la duda se hizo necesario un nuevo reconocimiento de las reliquias y gracias al valioso trabajo del Ministro general de los descalzos, p. fray Miguel de San José, se logró el reconocimiento del papa Inocencio XIII el día 16 de septiembre de 1721.

Por autorización apostólica las reliquias fueron repartidas entre las dos familias trinitarias, calzados y descalzos, y otras partes importantes fueron destinadas a la basílica de San Pedro en el Vaticano, a la iglesia de Santo Tomás in Formis, al convento de los calzados en Tolouse y a la provincia trinitaria de Portugal.

Urna de plata con las reliquias de san Juan de Mata en la iglesia
santuario de Salamanca - España.
Al año siguiente (1722), los trinitarios descalzos mandaron fabricar una urna de plata, decorada con pedrería y adornos florales, para depositar la parte correspondiente de las reliquias. En mayo del mismo año las llevaron en procesión a la iglesia conventual de la Santísima Trinidad (hoy Jesús de Medinaceli). Los calzados por su parte, el cuarto domingo de Pascua del mismo año, depositaron su parte en una urna dorada y la trasladaron hacia la casa de la Trinidad de Atocha, en una procesión solemne por las calles de Madrid, en la que participaron incluso grandes personalidades de la ciudad. A este acontecimiento se debe la memoria que aún hoy los trinitarios celebran en su calendario litúrgico.

De las monjas trinitarias de Lope de Vega a Salamanca
A finales del siglo XIX, con la extinción de los trinitarios calzados, la urna dorada pasó a las monjas trinitarias de Lope de Vega en Madrid y en 1835, por causa de la exclaustración de los religiosos, se trasladó la urna de plata de los descalzos al mismo monasterio.

Parroquia San Juan de Mata, donde
actualmente descansan las reliquias
del santo fundador de los trinitarios.
Al proclamarse la República (1931-1936), para velar por la seguridad de las sagrados restos, las monjas los trasladaron a la casa de los señores Navarro Reverter, de donde fueron robados durante la guerra civil (1936-1939) y sin saber como, vinieron a parar el sótano de la catedral de San Isidro en Madrid. Terminada la guerra, las trinitarias reclamaron las reliquias y las regresaron a su monasterio, en donde permanecieron hasta su último traslado el 8 de octubre de 1966 al convento de los trinitarios de Salamanca.

En la actualidad las reliquias principales se conservan en la urna de plata ya mencionada, en la parroquia San Juan de Mata de Salamanca. Las monjas trinitarias de Lope de Vega, obtuvieron para ellas una parte que depositaron en una urna dorada y los trinitarios del convento de San Crisógono en Roma conservan un omóplato, expuesto a la veneración pública.

A modo de respuesta
El hecho de que los restos de san Juan de Mata fueron robados de Santo Tomás in Formis, por los trinitarios calzados españoles, es una realidad histórica indudable. La fecha del hurto, como ya se ha dicho arriba,  fue el 18 de marzo de 1655. Aquí comienza la historia de diversos traslados de las reliquias de un lugar a otro. Sin embargo, no es este el acontecimiento que se celebra en el calendario litúrgico trinitario.

La celebración litúrgica del 7 de mayo conocida como el Traslado de las reliquias de san Juan de Mata, conmemora la procesión solemne de las mismas que se realizó en mayo de 1722, tanto por los trinitarios descalzos como calzados, hacia sus respectivas iglesias conventuales, luego del reconocimiento de la autenticidad de los venerables restos y la devolución de los mismos a los hijos de san Juan de Mata.

BIBLIOGRAFIA
CALLISTO DELLA PROVIDENZA, Vita de san Giovanni di Matha, Roma, 1894.
LLONA, Germán, Fundador y redentor. Juan de Mata, Salamanca, 1994.
ROMANO DI SANTA TERESA, Angelo, S. Giovanni di Matha. Fondatore dell'Ordine della SS. Trinità, Vicenza, 1961.

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