domingo, 14 de octubre de 2012

Santo Niño de La Guardia

Afirman desde Toledo (España)
Los trinitarios os habéis adueñado del Santo Niño de la Guardia.

Antes de dar alguna respuesta a esta curiosa afirmación, en primer lugar intentaré ambientar a las personas que desconozcan a este polémico personaje, el Santo Niño de La Guardia, llamado por muchos san Cristobalito y por otros san Juan Cristóbal.

Datos sobre san Cristobalito de La Guardia
Rapto del Santo Niño de la
Guardia. Claustro de la catedral
de Toledo. Frescos de Francisco
Bayéu. 1782.
Según los documentos del proceso contra los culpables del asesinato del Santo Niño de la Guardia, solo se sabe que nació en la ciudad de Toledo y fue bautizado en la iglesia de San Andrés (España). Más tarde, algunas declaraciones, dicen -sin más- que sus padres fueron Alonso Pasamontes y Juana la Guindera. En realidad la figura de este niño, pasó casi que desapercibida desde su nacimiento hasta su muerte y al parecer los católicos del lugar le llamaron Cristóbal porque su muerte fue similar a la de Cristo.

La situación de los judíos en la España del siglo XV
Nos encontramos en los tiempos de la reconquista del sur de España, en la época de los reyes católicos, el nacimiento de la inquisición española, la expulsión de los musulmanes y más tarde de los judíos. Cristianos y musulmanes luchaban entre si, a causa de la reconquista de sus territorios por los primeros y la implantación del islam en el orbe por los otros. Los judíos se encontraban en medio de estas guerras, generalmente, ellos no tomaban parte en estas, pero si que se veían sometidos por cristianos o musulmanes, según el territorio donde se encontrasen.

Los judíos se dedicaban al comercio y a las finanzas, en las naciones cristianas, aquellos que se convirtieron al cristianismo llegaron a ser muy poderosos, pero buena parte de estas conversiones no eran sinceras, simplemente se veían obligados a renunciar públicamente a su fe, por causa de la persecución que pesaba sobre ellos. Esta situación generó un resentimiento general de parte de los conversos, por esta razón, cuando salían de tierras cristianas y lograban estar en otros lugares, renegaban de Cristo y volvían a su antigua fe. Pero aquellos que no podían hacerlo y permanecían en naciones de la cristiandad, mantuvieron en secreto sus reuniones de culto judío.

Grabado del siglo XVIII que representa
los tormentos sufridos por el Santo Niño
en manos de sus verdugos.
Un mundo de supersticiones y de falsas acusaciones
En este contexto, la sociedad se veía afectada -entre otras cosas- por la superstición. Era el tiempo de las cazas de brujas, endemoniados, hechizos, aseguranzas, amuletos, etc. En muchas ocasiones los cristianos se basaban en hechos ficticios para culpar a los judíos, pero esto no quiere decir que todas las acusaciones fuesen falsas, ni que no hayan existido realmente malos judíos, como habían igualmente malos cristianos.

La ¿leyenda o historia? de Cristobalito
En el sur de Francia se corrió la voz de que algunos supuestos conversos del judaísmo, que creían en supersticiones, decían que con el corazón de un niño cristiano y una hostia consagrada, machacados y conjurados, podían envenenar las fuentes y los ríos, logrando así la muerte de todos los cristianos, especialmente de sus gobernantes y de sus inquisidores. Por esta razón hubo una fuerte persecución contra ellos en ese país. Precisamente, huyendo de Francia, un tal Benito García de las Mesuras, llegaría a España y encontraría alojo en las familias judías y poderosas de Toledo, radicándose en el pueblo de La Guardia. Según, él sería quien incitaría el fervor de algunos judíos y conversos de la región, con sus supersticiones.

Crucifixión del Santo Niño.
Claustro de la catedral de Toledo.
Fresco de Francisco Bayéu. 1782.
Un caso bien registrado. Independientemente de que la historia sobre el niño secuestrado en Toledo y asesinado en La Guardia, sea considerada verdadera o no por algunos autores -incluso cristianos-, no se puede desconocer el hecho de que es uno de los pocos casos de sacrificios rituales con niños cristianos de la época, que más documentación presenta.

Los documentos sobre el caso del niño de La Guardia, cuentan que Benito García de las Mesuras, convocó a una reunión secreta de los judíos de la región de Toledo, provenientes de la Guardia, Tembleque y Quintanar, entre los cuales se encontraba, Juan Franco, quien odiaba a los cristianos y se encargaría de armar toda una trampa, para robarse un niño cristiano. En dicha reunión concertaron que el lugar del sacrificio del niño, sería La Guardia.

Secuestro y "martirio". Juan Franco encontró un niño cristiano, de 3 a 4 años de edad, que estaba jugando junto a la puerta del Perdón, de la ciudad de Toledo, mientras su madre, que era ciega, se encontraba en oración. Sin darse cuenta ésta, Juan Franco a punta de engaños secuestró al pequeño.

Los que habían planeado el asesinato del niño, fueron a una cueva  de La Guardia, donde le torturaron, lo crucificaron y luego le sacaron el corazón. Esto fue, supuestamente, el Viernes Santo del año 1491.

Curiosa representación
mexicana del Santo
Niño. Museo Nal del
Virreinato.
Algunos días después, los asesinos se juntaron secretamente para concertar el conjuro contra los cristianos, utilizando el corazón del niño y una hostia consagrada (robada por un sacristán), pero sus invocaciones no ocasionaron la muerte de nadie, más que el “vano” sacrificio de Cristobalito.

Arresto y juicio de los asesinos. Benito García llevó consigo el corazón y la hostia de camino a Zaragoza, donde se supone habían unos más expertos en esta clase de conjuros, pero a su paso por la ciudad de Ávila fue detenido por la policía, a causa de su sospechosa actuación. Interrogado por el Santo Oficio, reveló lo que él y sus secuaces habían hecho con el niño. Contó con lujo de detalles la pasión y muerte de Cristobalito. Los guardias fueron hasta Toledo, para apresar a los cómplices.

El tribunal de la Inquisición, sentenció a los asesinos del niño, los mismo documentos narran que dos de ellos, Juan de Ocaña y Juan Franco se convirtieron en el lecho de muerte, confesando sus culpas y arrepentidos de su pecado y delito. En los archivos de Toledo se conservan las actuaciones del tribunal del proceso contra los culpables. Desgraciadamente para el resto de la comunidad judía, crímenes como este, que no son fáciles de juzgar, fueron alimentando una fuerte mentalidad anti judía, que acabó con la expulsión de los judíos de España en 1492.

San Cristobalito de la Guardia, trinitario
A manera de respuesta.
Es menester aclarar que una tradición no es un invento que sale de la nada, es la construcción que resulta de la transmisión oral de una generación a otra, de unos hechos concretos maquillados con narraciones muchas veces fantásticas. Por lo cual no podemos apresurarnos a tildar de mentira aquello que nos parece inverosímil, sino que debemos intentar buscar el verdadero sentido de aquello que dio paso a la leyenda. Teniendo en cuenta esta afirmación, es injusto tildar a los trinitarios de adueñarse de la historia del Santo Niño de La Guardia, cuando han sido precisamente ellos los que se encargaron de justificar y propagar su culto. De hecho, aun hoy, cuando los trinitarios no lo tienen en su calendario litúrgico, todo lo que se diga al respecto de este niño, sigue teniendo un matiz trinitario.

Ermita del Santo Niño en La Guardia - Toledo (España). Trinitarios
ilustres como san Simón de Rojas y san Juan Bautista de la Concepción
fueron conventuales en La Guardia, desde donde se atendía esta ermita.
El sacerdote toledano José López, en su blog en "Religión en libertad", dice que diez años después del "martirio" (es decir aprox. en 1501), el Cardenal Pedro González de Mendoza hizo pintar un cuadro del Santo Niño con el hábito trinitario. Además, el santuario de Toledo dedicado al Santo Niño, pasó a manos de los trinitarios en 1587, lo que originó que se extendiera su devoción en el interior de las casas trinitarias españolas. Dando paso a la "trinitarización" de la historia.

Según una antigua tradición de la Orden los padres de Cristobalito frecuentaban la iglesia de los trinitarios de San Marcos de Toledo y el Santo Niño nacería el 17 de diciembre (fiesta de san Juan de Mata) de 1487. Cuando tenía dos meses de nacido fue liberado de una epilepsia por intercesión de san Juan de Mata, de ahí que su madre lo ofreció a la Santísima Trinidad y en los días de fiestas principales le vestía con el hábito trinitario. De hecho, continúa la tradición, el día del secuestro el niño iba vestido con ese hábito (Era costumbre muy antigua que algunos padres consagraran a sus hijos a la Trinidad y le vistieran de hábito trinitario, esto lo hacían especialmente si eran terciarios trinitarios).

Escultura en madera policromada
que representa al Santo Niño
con hábito trinitario. La Rambla.
Autor: Juan de Zalazar. 1767.
Lo cierto es que en el lugar del martirio se construyó una ermita que hasta hoy está presidida por el Santo Niño y en la fachada de la misma se puede ver una gran cruz trinitaria. Los Trinitarios, que tenían un convento en La Guardia, fueron capellanes de dicha ermita y era custodiada por dos o tres religiosos. Entre los guardianes más famosos se encuentran san Simón de Rojas, el cuál profesaba una gran devoción al Santo Niño y fue uno de sus más grandes propagadores, y san Juan Bautista de la Concepción, que durante los primeros años de su ministerio fue predicador de La Guardia, elegido como tal en el capítulo provincial de los trinitarios de Castilla de 1589.

La mayor parte de las narraciones sobre la vida de Cristobalito fueron compuestas por los trinitarios. Fr. Francisco de la Vega y Toraya, cronista de la Orden del siglo XVIII, narra los muchos milagros obrados por intercesión del Santo Niño de La Guardia, donde cuenta en algunos de ellos, de apariciones del Santo Niño vestido con el hábito trinitario.

El papa Pío XII aprobó la misa y el oficio de san Cristobalito de La Guardia para la diócesis de Toledo el 9 de agosto de 1806. El 20 de septiembre de 1809 los procuradores generales de las ramas calzada y descalza pedían y obtenían la misa y el oficio para toda la Orden incluidas las monjas.

En la actualidad la diócesis de toledo celebra su memoria el 25 de septiembre, todos los sacerdotes deben decir misa, de rito doble, del pequeño mártir, se visten con ornamentos rojos. La Orden ha excluido la fiesta de su calendario, pero aún así según el religioso trinitario fr. José Hernández, en algunas partes goza de simpatía y veneración entre los grupos de niños del laicado trinitario. El laicado trinitario de Puerto Rico, tiene una fundación, a nombre de san Cristobalito de La Guardia, por medio de la cual, lleva a cabo proyectos sociales trinitario redentores y la parroquia san Juan Bautista de la Concepción de Madrid tiene un coro de niños que lleva su nombre.
Curiosa medalla del "beato" Simón de Rojas y san Cristobalito de
La Guardia con el hábito trinitario. Probablemente del siglo XIX.
Fuente: Foro Cruces y Medallas.

Nota aclaratoria: En 1969, la reforma litúrgica sacó a muchos santos del calendario universal y añadió a otros. Hay que aclarar que los santos que están fuera del calendario universal siguen siendo venerados en las diferentes regiones donde son más conocidos, es decir, ellos no han dejado de ser santos ni la iglesia los rechaza (no existe -que yo sepa- el proceso de des-canonización). Algunos criterios que motivaron los cambios del calendario universal son: resaltar las fiestas del Señor y de la Virgen, presentar santos cuyas vidas son mas conocidas históricamente y no solo por tradiciones o leyendas, añadir santos de todos los continentes y añadir santos recientes cuyas vidas son de gran inspiración para los cristianos de hoy.

Bibliografía
CARO, Julio, ¿Magia negra o mitomania antisemita? En: Los judíos en la España moderna y contemporánea, 1, Madrid 2000. Interesante argumento sobre la posible validez del caso del Santo Niño de La Guardia desde una posición objetiva.
GUZMÁN, Antonio de, Historia del inocente trinitario el Santo Niño de la Guardia..., Toledo 1720.
HERNÁNDEZ, José; Espigando el patrimonio trinitario..., [Roma 2001].
LÓPEZ, Jorge, El Santo Niño de La Guardia, En: Religión en Libertad. Enlace.
MARTÍNEZ, martín; Historia del martirio del santo niño de La Guardia, Madrid 1866.
MORENO, Joseph, Niño Gigante..., Zaragoza 1594. Este religioso trinitario narra ya la tradición que dice que al momento del martirio el niño portaba el hábito trinitario.
MORENO, Luis; San Cristóbal de La Guardia, En: Santos y beatos de Toledo, Toledo 2003.
PÉREZ, Joseph; El caso del santo niño de La Guardia, En: Los judíos en España, Madrid 2005. En este caso para contrarrestar la historia.
SARABIA, Ramón, El santo niño de La Guardia, Madrid 1955.
TEODORO DELLA S. FAMIGLIA, San Cristóbal de La Guardia, En: Enciclopedia dei Santi, IV, 
VEGA Y TORAYA, Francisco; Vida breve y martyrio prolongado de nuestro Santo Niño de La Guardia... En: Chronica de la Provincia de Canstilla, León y Navarra... 2, Madrid 1723.

lunes, 8 de octubre de 2012

Nuestra Señora del Buen Remedio

Desde los orígenes de la Orden
los trinitarios han expresado una
devoción especial a la Virgen María.
Foto: Libro el Santo Trisagio
Preguntan desde Riohacha (Colombia) Nuestra Señora del Remedio, del Buen Remedio o de los Remedios. ¿Son todas las mismas?

Origen y significado de la palabra Remedio
A manera de respuesta:
La palabra Remedio viene del latín: Remedium, que etimológicamente significa medicina, medio de curar y sanar, lo que restablece la salud; y en sentido figurado indica cuanto sirve para las enfermedades del alma. La advocación de Nuestra Señora del Remedio, conserva y retiene ese doble significado.

Según el religioso trinitario fr. Bonifacio Porres, la advocación del Remedio no es unitaria, y pudo comenzar a la vez e independientemente en diferentes lugares, las cuales coinciden solo en título, pero en muchos casos narran historias y leyendas propias, como sucedió con otras advocaciones marianas. Pero cuando se habla de la Patrona de la Orden Trinitaria y de los lugares a donde tradicionalmente ha llegado esta devoción por el apostolado de los religiosos de dicha orden o de los fieles o cofradías relacionadas con ellos, se le puede encontrar ya sea en singular: del Remedio (Como en Cataluña), en plural: de los Remedios (Algunos lugares de España) o acompañado de adjetivo: del Buen Remedio (como en Francia e Italia).

Es menester aclarar que en otros lugares, especialmente en España, se han "trinitarizado" muchas imágenes de la Virgen del Remedio (o de los Remedios), cuyo origen no guarda relación alguna con la Orden de la Santísima Trinidad.

Los datos propiamente históricos más antiguos que se tienen sobre éste título son del siglo XV, pero posiblemente el nacimiento del mismo se ubica un siglo antes. Aunque existen imágenes del Remedio que iconográficamente pertenecen a los siglos XII y XIII, no consta que hayan recibido esa denominación en sus orígenes. Es muy corriente que imágenes antiguas de la Virgen María, sin título especial, lo recibieran en tiempos más modernos.

Entre los defensores del dogma
de la Inmaculada Concepción,
resaltan trinitarios ilustres como
Robert Gaguin. Foto: detalle de
la Coronación, oratorio de los
trinitarios de Algorta-España.
Devoción mariana de los primeros trinitarios
Desde los años fundacionales de la Orden Trinitaria (1194), la devoción a la Virgen María ha sido uno de los pilares fundamentales de su espiritualidad. La corta Regla (aprobada en 1198), escrita por san Juan de Mata menciona dos fiestas especiales para la Iglesia y que los trinitarios celebraban con particular devoción, a saber: la Asunción y la Purificación de la Virgen y a partir de 1262 rezaban el oficio votivo de la Virgen, todos los sábados. En el siglo XV, encontramos a trinitarios entre los defensores del dogma de la Inmaculada Concepción, como fr. Robert Gaguin, Ministro General de 1473 al 1501.

Al parecer ya desde los orígenes de la Orden, como aparece en los ceremoniales, cada mañana se cantaba misa en honor de la Virgen, además del Oficio ya mencionado, se rezaba el Oficio Parvo de la Virgen. Muy pronto se fueron añadiendo el rosario, la salve cantada los sábados y vigilias de las Festividades marianas, las letanías, etc.

El Breviario de la Orden impreso en Valencia en 1519, conmemora diez fiestas marianas, a saber: Inmaculada Concepción, Expectación, Purificación, Transfixión (Dolores), Anunciación, Visitación Nieves, Asunción, Natividad y Presentación. 

Sin embargo, a pesar de los datos anteriores, no se tienen noticias históricas específicas de la devoción a la Virgen del Remedio en los primeros tiempos de la Orden, pero se sabe que desde muy antiguo los trinitarios han expresado una predilección hacia la misma.

La Virgen entrega a san Juan
de Mata la bolsa con monedas
y a san Felix unos escapularios.
Foto: Oleo sobre lienzo, en el
convento de Córdoba-España.
Dos leyendas fruto de la devoción mariana de los trinitarios del siglo XVI
Según una tradición de la Orden, posiblemente producto de la piedad popular de los trinitarios del siglo XVI y del deseo de comprobar que desde los orígenes se ha venerado a la Virgen con el título del Remedio; en un momento en que san Juan de Mata se encontraba haciendo una redención, no podía rescatar a todos los cristianos, pues le hacía falta dinero. Se encomendó a la Madre de Dios y ella misma, se le apareció en persona y le entregó una bolsa de monedas con las que pudo comprar a todos los esclavos y luego darles la libertad en tierras cristianas.

Una leyenda más tardía, asegura que fue la misma Virgen quien le ofreció a san Juan de Mata y a san Feliz de Valois el escapulario de la Orden de la Santa Trinidad.

Independientemente de lo subjetivas que puedan llegar a ser estas leyendas, han sido ellas las que han marcado en gran parte la iconografía de la Virgen del Remedio. 

Nuestra Señora del Remedio
de Titaguas (Valencia-España).
Foto: cortesía de Don Angel Estecha.
Datos históricos sobre la devoción a la Virgen del Remedio
El dato más antiguo que se ha encontrado se refiere a una capilla del convento de Jaén, donde se hallaba fundada una cofradía que se hermanó con otra de Nuestra Señora de las Virtudes el 4 de febrero de 1482, y que desaparecida más tarde, se restableció a fines del siglo XVII.

Los conventos de Ronda y Valencia fueron fundados en 1504 y 1505 respectivamente, en ermitas dedicadas ya a la Virgen del Remedio o de los Remedios. El convento de Valencia adquiriría una gran importancia en la historia de la Orden, al punto que pasó a ser la la sede del Provincial de la Provincia de Aragón.

Antes de 1571 había en la Orden cinco conventos conocidos bajo el título de Nuestra Señora del Remedio o de los Remedios, tres de los cuales fueron fundados en ermitas ya dedicadas a esta advocación: Valencia, Ronda y Fuensanta, y los otros (Cuenca y la Rambla) cambiaron su precedente título por el del Remedio. Existían también una capilla en Salamanca y otra en Barcelona y cofradías en Jaén, Sagunto y Zaragoza, que llevaban el título. 

La Virgen del Remedio y la batalla de Lepanto
En muchos santuarios y varias advocaciones fue invocada la Virgen María para que intercediese ante Dios en favor de la Cristiandad amenazada por los turcos, la más popular de todas es la de Nuestra Señora del Rosario, cuya celebración es el 7 de octubre. Obviamente los trinitarios valencianos y sus amigos y bienhechores, se encomendaron a su patrona: la Virgen del Remedio.
Por el Nombre de María del Remedio, recuerdo de la Victoria de
los cristianos sobre los trucos en Lepanto.
Don Juan de Austria, general de las tropas cristianas, el día 7 de octubre de 1571, momentos antes de dar la batalla a los turcos en el golfo de Lepanto, y por indicación de Miguel de Moncada, virrey de Valencia y patrón del convento trinitario, invocó a la Virgen del Remedio. Al obtener la victoria, agradeció a la Virgen, donando 200 doblas de oros y una riquísima aljuba turca al convento de los trinitarios. El papa Gregorio XIII el 3 de septiembre de 1575, concedió a esa iglesia la celebración para el 7 de octubre.

Los Trinitarios de Aragón "Apóstoles de la Virgen del Remedio"
Después de la victoria de Lepanto, se aumentó el entusiasmo por la advocación del Remedio. En acción de gracias por ella, se erigieron cofradías en Valencia (1572) y Palma de Mayorca (en 1574), ciudades que pertenecían a la corona de Aragón y por ende a la provincia trinitaria del mismo nombre. Por influencia, especialmente del convento de Valencia, se fueron multiplicando las capillas y cofradías en las iglesias de la Orden.

Gracias a la labor de los
trinitarios de Aragón, el
culto de la Virgen del Remedio
se propagó a toda la Orden.
Con el tiempo, la devoción se afianzó y tomó cuerpo en la Orden. Desde 1620, a la cofradía que normalmente se llamaba de la SS. Trinidad se le añadió: y del Buen Remedio. Comienzan a redactarse devocionales, manuales, novenas e historias de la advocación, apoyados por personajes ilustres de la Orden como fr. Bernardino de San Antonio  fr. Pablo Aznar y fr. Domingo López, quienes poco a poco dan paso a las "tradiciones" sobre el culto primitivo de la Virgen del Remedio. Es en este contexto donde nacen las leyendas sobre la aparición de la Virgen a san Juan y san Felix.

En el capítulo general de Roma del 18 de mayo de 1688, el nuevo ministro general fr. Antonio Pegueroles (hasta entonces provincial de Aragón), definió a la Virgen del Remedio como Patrona de la Orden Trinitaria. A su vez se convirtió en patrona de la Provincia de Aragón.

Con fecha del 12 de julio de 1727, alcanzaron los trinitarios calzados de la S. Congregación de Ritos, facultad para rezar el oficio de Nuestra Señora de las Nieves en honor de la Virgen del Remedio el segundo domingo de octubre. Aunque por un pleito con los Mercedarios, se revocó el documento que daba tal autorización, los trinitarios siguieron celebrando la fiesta en sus conventos, de manera particular el 7 o el segundo domingo de octubre.

Los trinitarios se encargaron de transmitir la devoción fuera de los propios conventos, e implantaron su culto en muchos lugares, por medio de la cofradía de la SS. Trinidad y de la Virgen del Buen Remedio, llegándose a venerar en Bélgica, Aragón, Italia, Andalucía, Castilla y Francia.

Nuestra Señora de Gracia,
convento de Alcazar de San
Juan. Foto: fr. Sergio Pereira.
Los Trinitarios descalzos y la Virgen del Remedio
Recordemos que a partir de 1599, la historia de la Orden se divide entre los trinitarios de la antigua observancia (calzados) y los trinitarios descalzos (de san Juan Bautista de la Concepción en España). Los trinitarios descalzos veneraban a Nuestra Señora de Gracia, en vez de la Virgen del Remedio, que se había popularizado entre los calzados. 

Cuando se unieron a la descalzos españoles, los conventos de Livorno y Turín, en Italia, y el Foucon en Francia, pertenecientes hasta entonces a los descalzos franceses, se encargaron de transmitir al resto de los conventos descalzos (en Italia) el culto de la Virgen del Remedio que ellos ya veneraban fervorosamente, anteponiéndole el adjetivo Buen (hacia el siglo XVII).

Con la restauración de la Orden en Italia, se va tomando como cosa propia esta devoción a la virgen del Remedio, especialmente a partir de 1920. En España curiosamente comenzó un proceso de fusión entre las dos advocaciones, llamándola indistintamente, Nuestra Señora de Gracia y del Remedio.

Patrona de la Orden de la Santa Trinidad junto con santa Inés
Luego de tanto esfuerzo por conseguir su patrocinio de la Sede Apostólica, Nuestra Señora del Remedio ha sido declarada Patrona Principal de la Orden, junto con Santa Inés, virgen y mártir, por el papa Juan XXIII en 1961, accediendo a una petición que había hecho el Capítulo General de 1959.

El papa Juan XXIII, concedió
a los trinitarios el patrocinio
de Nuestra Señora del Buen
Remedio en 1961. Foto:
Cofrades de Sevilla-España.
En la actualidad los trinitarios celebramos la Fiesta de Nuestra Señora del Remedio con rango de Solemnidad el día 8 de octubre y el No 52 de nuestras Constituciones dice ...honren a la Virgen María con afecto filial y con verdadera devoción, fomenten su culto, venerándola, según una antiquísima tradición de la Orden, bajo el título de bienaventurada Virgen María del Buen Remedio, Patrona principal de nuestra Orden, rezando el rosario mariano y celebrando la misa votiva y la Liturgia de las Horas el sábado, según las rúbricas.

Finalmente, las representaciones más comunes (existiendo muchas y variadas) de la Virgen del Remedio son aquellas en las que se encuentra vestida con el hábito trinitario, con una de sus manos sostiene una bolsa de monedas, mientras con la otra carga al Niño quien tiene en sus manos el escapulario trinitario. Si la imagen se representa sin el niño, suele ser la Virgen quien lleva los escapularios.

Bibliografía
AZNAR, Pablo, Libro de los milagros de Nuestra Señora del Remedio..., Barcelona 1626.
CALVO, Silvestre, Resumen de las prerrogativas del Orden de la Ssma. Trinidad, Pamplona 1791.
PORRES, Bonifacio, ARIETA, Nicolás; Santa María del Remedio, Secretariado Trinitario, Córdoba 1985. Texto sobre el cual baso la mayor parte del contenido de este artículo.
PORRES,Bonifacio; Santa María del Remedio Adiciones, [Secretariado Trinitario, Córdoba 2003]